Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, siendo la OMS quien destacó la importancia de la misma al definir la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.1
¿Qué es la salud mental?
La salud mental es el bienestar general de la manera en que piensas, regulas tus sentimientos y te comportas. Puede haber un trastorno mental cuando los patrones o cambios en el pensamiento, los sentimientos o el comportamiento causan angustia o alteran la capacidad de funcionamiento de una persona. 2 Un trastorno de salud mental puede afectar tu capacidad para lo siguiente:
Mantener relaciones personales o familiares.
Funcionar en entornos sociales.
Desempeñarte en el trabajo o en la escuela.
Aprender a un nivel acorde a tu edad e inteligencia.
Participar en otras actividades importantes.
No existe una medida estándar en todas las culturas para determinar si un comportamiento es normal ni cuándo se vuelve perturbador. Lo que puede ser normal en una sociedad puede ser motivo de preocupación en otra.
Existen ciertas acciones que realizadas de forma frecuente tienen un impacto positivo en la salud mental entre ellas la actividad física y una alimentación adecuada.
Beneficios de la actividad física en la salud mental
La actividad física y el ejercicio brinda beneficios psicológicos y físicos que mejoran el estado de ánimo y reducen la ansiedad. Una vez el paciente se siente bien, mantenerse realizando ejercicio disminuye la posibilidad de que los síntomas depresivos vuelvan.
Liberar endorfinas que te hacen sentir bien, sustancias químicas cerebrales naturales similares al cannabis (canabinoides endógenos) y otras sustancias químicas cerebrales naturales que pueden mejorar tu sensación de bienestar.
Quitar tu mente de las preocupaciones para que puedas alejarte del ciclo de pensamientos negativos que alimentan la depresión y la ansiedad.
¿Cómo conseguir y mantener la motivación para realizar actividad física?
Comenzar una rutina de ejercicios o una actividad física periódica y cumplir con ella puede ser un desafío. Estas medidas pueden ser de ayuda:
Busca algo que te resulte placentero para hacer. Decide cuáles son las actividades físicas que más probablemente harías y piensa cuándo y cómo sería más probable que las hicieras. Haz lo que disfrutes y eso te ayudará a seguir haciéndolo.
Establece metas razonables. No es necesario que tu misión sea caminar una hora cinco días por semana. Piensa en términos realistas sobre qué es lo que puedes hacer y comienza de manera gradual. Adapta tu plan a tus propias necesidades y habilidades.
No pienses en el ejercicio o en la actividad física como si fueran una obligación. Si el ejercicio es simplemente otro «debo» en tu vida que, en tu opinión, no estás cumpliendo, lo asociarás con un fracaso. En cambio, considera tu programa de ejercicios o actividad física igual que consideras tus sesiones de terapia o tus medicamentos: como una de las herramientas que te ayudarán a sentirte mejor.
Analiza tus barreras. Descubre qué es lo que te impide ser físicamente activo o ejercitarte. Si te sientes cohibido, por ejemplo, podrías hacer ejercicio en casa. Si cumples mejor tus objetivos con un compañero, busca un amigo para ejercitarse juntos o alguien que disfrute realizar las mismas actividades físicas que tú. Si no tienes dinero para gastar en artículos para hacer ejercicio, haz algo que no tenga costo, como salir a caminar periódicamente.
Prepárate para contratiempos y obstáculos. Date crédito por cada paso que des en la dirección correcta, sin importar qué tan pequeño sea. Si un día no te ejercitas, eso no significa que no puedas mantener una rutina y que lo mejor sea renunciar del todo. 3
Alimentación y salud mental
Una publicación en Frontiers in Nutrition destaca que una correcta nutrición prevendría el desarrollo de varios trastornos mentales. Asimismo, tampoco podemos dejar de lado el hecho de que el sistema digestivo se considera con frecuencia como ese «segundo cerebro» al que debemos cuidar mucho más. 4
El 95 % de la serotonina se produce en el intestino y participa en los intercambios entre el cerebro y el intestino a través del nervio vago. La serotonina es un neurotransmisor, a veces también llamado « hormona de la serenidad », que regula una amplia gama de funciones, como el humor o el comportamiento. 5
La deficiencia de ciertas vitaminas como es el caso de la B12 y vitamina D, podrían ocasionar síntomas que podrían confundirse con una afectación mental. Es por ello la importancia de llevar una alimentación balanceada favoreciendo también a la microbiota intestinal.
Fuentes:
Sara, H. J. (n.d.). Formalización del concepto de salud a través de la lógica: impacto del lenguaje formal en las ciencias de la salud. https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1988-348X2016000200006
Salud mental: qué es normal y qué no. (2021, December 14). Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/healthy-lifestyle/adult-health/in-depth/mental-health/art-20044098
3.Depresión y ansiedad: hacer ejercicio puede aliviar los síntomas. (2017, September 27). Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/depression/in-depth/depression-and-exercise/art-20046495
Sabater, V. (2023, July 5). 6 formas en las que influye la alimentación en la salud mental. La Mente Es Maravillosa. https://lamenteesmaravillosa.com/alimentacion-influye-salud-mental/
El intestino, ¿nuestro segundo cerebro? (2019, February 25). PiLeJe Micronutrition. https://www.pileje.es/revista-salud/intestino-segundo-cerebro